Salvemos Cabana lamenta la actitud puramente mercantilista del embajador canadiense en su visita a Galicia
La Plataforma remite a la embajada del país norteamericano en España copia de las 24.000 firmas recogidas contra lo proyecto minero y considera que iniciativas como la que Edgewater Explotation Ltd. pretende llevar a cabo en la Comarca de Bergantiños están perjudicando seriamente la imagen pública de Canadá a nivel internacional.
Desde Salvemos Cabana, ya trasladamos por escrito en marzo al Sr. John Allen la preocupación de los habitantes de las zonas afectadas por la problemática asociada a la mina de Corcoesto, tanto por las características de la exploración minera, que será a cielo abierto, como por el método empleado para recuperar el oro (hidrometalurgia), que empleará a diario y segundo proyecto 1,49 toneladas métricas de cianuro de sodio, considerado segundo el anexo VIII de la Directiva europea 2000/60/CE y resoluciones como la P7_ TA(2010)0145, como uno de los principales contaminantes, que puede provocar "impactos catastróficos e irreversibles sobre la salud humana y el medio ambiente".
Recordamos que la lista de catástrofes ambientales producidas por accidentes relacionados con el vertido de residuos tóxicos cianurados es amplia, salpica a toda la geografía mundial, y la propia UE reconoce por lo menos 25 desastres de esta índole en las últimas décadas, provocando daños de extrema gravedad sobre ríos y acuíferos, tierras de cultivo y biodiversidad. En el año 2000, la rotura de una balsa minera en Rumanía (Baia Mare) provocó el vertido de 100.000 m³ de aguas residuales cianuradas provocando una catástrofe sin precedentes en Europa, considerado hasta la fecha el accidente ambiental más grave después de Chernóbil.
Además, la empresa canadiense Edgewater y su filial gallega Minera de Corcoesto S.L. no se comprometieron la suscribir un seguro de responsabilidad civil que cubra económicamente y de manera integral los daños provocados por un desastre a grande escala por lo que no está teniendo en cuenta el Principio de Precaución establecido en la Declaración de Río Sobre lo Medio Ambientey el Desarrollo, así como en el Convenio sobre la Diversidad Biológica, adoptado en junio de 1992 y que actualmente es una de las políticas rectoras de la Unión Europea, por la que la seguridad de la ciudadanía siempre debe estar por enzima de la rentabilidad financiera y empresarial.
Lamentamos que el Sr. Allen adoptara una actitud puramente mercantilista en su visita a Galicia, considerando únicamente los intereses de una empresa privada y obviando las demandas a nivel social y político realizadas la este respeto. Porque su tarea como embajador debería ser, ante todo, defender el buen nombre de Canadá y los canadienses, cuyo prestigio se está viendo seriamente comprometido por un proyecto minero que no consideró desde lo principio el clamor popular en su contra.
(18.7.2013)
Desde Salvemos Cabana, ya trasladamos por escrito en marzo al Sr. John Allen la preocupación de los habitantes de las zonas afectadas por la problemática asociada a la mina de Corcoesto, tanto por las características de la exploración minera, que será a cielo abierto, como por el método empleado para recuperar el oro (hidrometalurgia), que empleará a diario y segundo proyecto 1,49 toneladas métricas de cianuro de sodio, considerado segundo el anexo VIII de la Directiva europea 2000/60/CE y resoluciones como la P7_ TA(2010)0145, como uno de los principales contaminantes, que puede provocar "impactos catastróficos e irreversibles sobre la salud humana y el medio ambiente".
Recordamos que la lista de catástrofes ambientales producidas por accidentes relacionados con el vertido de residuos tóxicos cianurados es amplia, salpica a toda la geografía mundial, y la propia UE reconoce por lo menos 25 desastres de esta índole en las últimas décadas, provocando daños de extrema gravedad sobre ríos y acuíferos, tierras de cultivo y biodiversidad. En el año 2000, la rotura de una balsa minera en Rumanía (Baia Mare) provocó el vertido de 100.000 m³ de aguas residuales cianuradas provocando una catástrofe sin precedentes en Europa, considerado hasta la fecha el accidente ambiental más grave después de Chernóbil.
Además, la empresa canadiense Edgewater y su filial gallega Minera de Corcoesto S.L. no se comprometieron la suscribir un seguro de responsabilidad civil que cubra económicamente y de manera integral los daños provocados por un desastre a grande escala por lo que no está teniendo en cuenta el Principio de Precaución establecido en la Declaración de Río Sobre lo Medio Ambientey el Desarrollo, así como en el Convenio sobre la Diversidad Biológica, adoptado en junio de 1992 y que actualmente es una de las políticas rectoras de la Unión Europea, por la que la seguridad de la ciudadanía siempre debe estar por enzima de la rentabilidad financiera y empresarial.
Lamentamos que el Sr. Allen adoptara una actitud puramente mercantilista en su visita a Galicia, considerando únicamente los intereses de una empresa privada y obviando las demandas a nivel social y político realizadas la este respeto. Porque su tarea como embajador debería ser, ante todo, defender el buen nombre de Canadá y los canadienses, cuyo prestigio se está viendo seriamente comprometido por un proyecto minero que no consideró desde lo principio el clamor popular en su contra.
(18.7.2013)